[vc_row][vc_column][vc_column_text]Gustave Doré (1833- 1883) y Jean- Charles Davillier (1923- 1883) realizaron un largo viaje por España en el año 1862. Davillier era ya un profundo conocedor de nuestro país cuando, en conversaciones con el conocido ilustrador, se ofrece a hacerle de guía y le insiste para que conozca España y la represente: le había insistido “más de 100 veces que él era el pintor que debía darnos a conocer España. No esa España de opereta y de los keepssakes, sino la verdadera España…” (Rodrigo, 1983) situación que terminaría produciéndose, convirtiéndose los dibujos de Doré en una de las referencias obligadas de la vida cotidiana española del siglo XIX.. Gustave Doré ya sentía un profundo interés por la realización de este viaje, por lo que la coincidencia de intereses parecía clara.