Las primeras noticias de las Ceremonias de Semana Santa en Óbidos aparecen en 1603 que, por orden del Arzobispo de Lisboa, Don Miguel de Castro, promueve la realización de procesiones y Vía Crucis en su diócesis. En 1616, la Santa Casa acordó que la predicación fuera realizada en tiempo de Cuaresma por sacerdotes capuchinos, desde el convento franciscano de São Miguel das Gaeiras, cerca de Óbidos, lo cual continuó durante 218 años hasta la extinción de las órdenes religiosas el 30 de mayo de 1834, por la Revolución Liberal. Entre los siglos XVI y XVIII, Óbidos fue el centro dominante de una vasta región, desarrollando y consolidando diversas prácticas religiosas públicas.
A pesar de la antigüedad de las tradiciones de Óbidos, la mayor parte fueron suspendidas durante el periodo del Estado Nuevo volviendo a ser recuperadas, gran parte de ellas y de forma paulatina, a partir del año 1974.
Durante la Cuaresma de Óbidos destacan varios rituales
A su comienzo, el Miércoles de Ceniza se coloca una Cruz en la Torre Velha (Vedra o do Facho) que se ilumina por la noche y que se mantiene encendida hasta la primera semana de Pascua.
Desde mediados del siglo XVIII se inició la Procesión Penitencial de la Orden Tercera de San Francisco, otro rito de gran arraigo y tradición que se mantuvo hasta la primera mitad del siglo XX, siendo posteriormente recuperada en 1992 tras 25 años de inactividad. Conocida comúnmente como ‘la procesión de los muchachos’, se realiza el primer domingo de Cuaresma. En ella, desfilan nueve pasos exuberantemente decorados con flores, donde se exhiben algunos de los principales santos de la devoción franciscana (casi todas estas imágenes datan de 1849), por su profunda vinculación a su presencia de la tradición franciscana en Óbidos.
Igualmente, en la semana anterior al Domingo de Ramos, la iglesia de São Pedro se decora con las tradicionales cortinas de raso rojo y cenefas con rayas doradas, al mismo tiempo que voluntarios preparan los ramos que serán bendecidos al inicio de la procesión del Domingo de Ramos.
En la Semana Santa
Para la Bendición y Procesión del Domingo de Ramos, la población engalana las calles y cubre el suelo con diversas plantas como romero, palma, boje, espliego y olivo, transformando la acera urbana en una alfombra de olores campestres. Ramas de las mismas plantas se distribuyen a los fieles que forman el desfile procesional, cuyo recorrido va desde la iglesia de São João (Museo Parroquial) hasta la iglesia de Santa María.