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Situada  a poco más de 50 km de Oporto, es una visita obligada de todo aquel que se acerque al norte de Portugal. Con sus aproximadamente 200.000 visitantes, Braga es en la actualidad la tercera ciudad del país. Es una urbe de larga historia, capital de la Gaellica durante la dominación romana, época de la que podemos encontrar numerosos vestigios como las Termas o el teatro romano. La ciudad tuvo una especial relevancia en la formación del reino de Portugal en la Edad Media y un periodo de esplendor y desarrollo durante el barroco.

Sus celebraciones de Semana Santa, unas de las más renombradas del  país merecen, sin duda, una detenida visita para descubrir unas tradiciones que se remontan al siglo XVI. Unas celebraciones que comienzan el Domingo de Ramos y continuarán hasta el Domingo de Resurrección.

Uno de los momentos estelares de estas celebraciones es la Procesión de Nuestra señora de la Burrita, pero no es ni mucho menos la única. Podemos destacar también la Procesión del Entierro del Señor, los actos de la basílica de los Dolores en torno a la imagen de la Titular o las alegres celebraciones del Domingo de Resurrección. En otro momento  comentaremos con detalle algunas de estas celebraciones.

Pero queda mucho todavía para la próxima Pascua. Por eso hoy queremos centrarnos en otros puntos de interés de la ciudad que podemos disfrutar en cualquier momento; sin duda este verano es una buena ocasión para disfrutar de los muchos atractivos de Braga, una ciudad segura, no masificada y muy acogedora.

Queremos destacar en primer lugar la visita al Santuario del Bon Jesús do Monte, muy vinculado también con la Semana Santa, un importante centro de peregrinación y uno de los lugares más visitados de Portugal, declarado recientemente Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Su privilegiado emplazamiento lo convierte en un observatorio privilegiado e todo el entorno.

Sin duda, el primer elemento que llama la atención es su fantástica escalera barroca. Desde la parte inferior nos ofrece una excelente perspectiva, y es una de las fotografías obligadas de la visita. Subir la escalinata bien merece el esfuerzo. Las  escalera tiene un significado y valor simbólico.  El primer tramo evoca el Via Crucis con pequeñas capillas qu representan la Pasión de Cristo. El segundo tramo representa, mediante una  serie de fuentes alegóricas, los cinco sentidos. El último tramo, y también mediante fuentes,  encontramos representaciones de la caridad, la esperanza y la fe. Esta singular escalinata fue construida en el siglo XVIII.

Pero podemos optar también por superar el  marcado desnivel mediante el funicular que asciende paralelo a la escalera, construido en 1882 y hoy declarado Monumento Nacional. Una joya del patrimonio industrial portugués. Se trata del funicular con contrapeso de agua más antiguo del mundo.

A la llegada al Santuario encontraremos una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad, su altura y su privilegiada situación nos permiten contemplar una magnífica vista de Braga. Una vista que bien merece el ascenso.

Nos encontramos ya a la puerta del Santuario. Este punto ha sido lugar de culto desde antiguo, existiendo constancia de la existencia de un templo en la colina ya en el siglo XIV. Este templo se transformó completamente a principios del siglo XVII, siendo de nuevo remodelado en el siglo XVIII según proyecto de Carlos Amarante, de estilo neoclásico, colocándose la primera piedra del nuevo edificio en 1784 . Las obras se prolongaron  hasta el siglo XIX, siendo consagrada en 1857. La fachada, de líneas sobrias, es un claro ejemplo de obra neoclásica, entre los muchos detalles que podemos contemplar, son interesantes las esculturas de los profetas Isaías y Jeremías situados a ambos lados de la puerta principal, obra de Manuel Joaquim Alvares y Sousa Alao. También las esculturas de los cuatro evangelistas de la barandilla, de la misma firma.

El interior es sobrio y amplio. Es necesario que nos fijemos en las pinturas de Pedro Alexandrino, del siglo XVIII, así como en el retablo mayor dedicado a la crucifixión y la imagen del Señor de los Pasos. También podemos encontrar en su interior el Museo de Arte Sacro de la Cofradía  y una interesante biblioteca.

Son muchos los recursos que podemos encontrar paseando por las calles de la ciudad: la Catedral, la Porta Nova, diferentes cruceros, numerosas capillas y palacios, el convento de los Congregados, los abundantes restos arqueológicos, su museo,… Un conjunto patrimonial que hará las delicias de todos los amantes del arte y la cultura y que os iremos descubriendo en próximos capítulos.

(Fotografías tomadas de la página de turismo de Braga)