Se cree que Ovar fue habitada desde la prehistoria dado que presentaba condiciones favorables para el establecimiento de comunidades por su línea de costa y las dos zonas de lagunas, ideales para la caza y la pesca, con suelos ligeros y fáciles de trabajar.
No obstante, solo existen evidencias históricas a partir del siglo XI, surgiendo Ovar, de la fusión de varias aldeas próximas entre las que estaban la propia Ovar y Cabanões.
Tierra de labradores, pescadores, comerciantes de sal y artesanos, Ovar fue creciendo y adquiriendo importancia, recibiendo un derecho foral concedido por D. Manuel I, el 10 de febrero de 1514. El gran impulso de crecimiento de la zona surgió a partir del siglo XVIII, debido a la introducción de nuevas técnicas de pesca (“Arte Xávega”) y de conservación de pescado.