Utrera (Sevilla)

La ciudad de Utrera, provincia de Sevilla y comunidad autónoma de Andalucía, tiene una superficie de 685 km² y cuenta con una población de aproximadamente 53.000 habitantes.

Situada entre la zona rural de Sevilla y los pantanos del río Guadalquivir, destaca por su patrimonio monumental. Esta ciudad fue la cuna de grandes figuras del flamenco y además ofrece una rica gastronomía en la que destacan los famosos «mostachones».

Los primeros datos históricos sobre la existencia de una comunidad en este lugar se remontan a la época de la reconquista cristiana.

En 1253, el rey Alfonso X realizó el reparto de las tierras conquistadas en la provincia de Sevilla y se produce la repoblación del territorio donde hoy se asienta la ciudad, caracterizada por la presencia de una importante comunidad judía.

Entre los siglos XIV y XVI, la ciudad asumió un importante papel, siendo una época de gran prosperidad como atestiguan las numerosas obras públicas realizadas en aquel entonces. Desde principios del siglo XIX, se produjo un significativo desarrollo industrial en Utrera que se consagró con su elevación a ciudad en 1877.

Sobran razones para visitar Utrera. Su centro histórico monumental compuesto por iglesias, conventos, palacios y plazas arboladas destaca entre las ciudades de la región. En los barrios de Santiago y Santa María, el visitante descubrirá auténticas joyas de la arquitectura, los sabores del campo y el sonido del flamenco.

Uno de los lugares más emblemáticos de Utrera es el santuario de Nuestra Señora de la Consolación, centro de gran devoción y peregrinación.

Por su parte, del patrimonio construido destacan la iglesia de Santiago Mayor del siglo XIII, situada al lado del Hospital de la Santa Resurrección, y la iglesia gótica de Santa María de la Mesa, cuya torre es la más alta de la ciudad. No podemos olvidar la visita al convento de las Madres Carmelitas para contemplar su techo de arte mudéjar, así como el piso elíptico de la iglesia de los Dolores.

En la arquitectura civil destacan casas como el Marqués de Tous, el Teatro Enrique de la Cuadra, el antiguo barrio judío, que aún conserva el callejón «El Niño Perdido», o los salones históricos del Ayuntamiento.